La craneoplastia es un procedimiento quirúrgico que se realiza para restaurar un defecto craneal después de una cirugía previa en la que se extirpó una parte del cráneo (craniectomía). La craniectomía se suele realizar para varios problemas, como una lesión cerebral traumática, un accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico o la extirpación de tumores craneales. La protección del cerebro, los cosméticos y la mejora del funcionamiento del cerebro son las principales indicaciones de la craneoplastia.

Cuando se extrae una parte del cráneo, el cerebro y otros componentes intracraneales se exponen al efecto de la presión atmosférica, lo que puede causar cambios negativos en el cerebro. En el pasado, el momento de la craneoplastia no era un factor esencial a tener en cuenta en los pacientes con craniectomía. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que las funciones cerebrales mejoran cuando la craneoplastia se realiza durante los tres primeros meses después de la craniectomía. Los cambios observados en el funcionamiento del cerebro incluyen la mejora del flujo sanguíneo cerebral, la mejora del metabolismo de la glucosa y el oxígeno y otros. En la literatura médica se informa de que puede producirse un mejor rendimiento en la cognición del paciente cuando la craneoplastia se realiza en una etapa temprana.

Hay dos tipos principales de injerto óseo para usar en una craneoplastia, el injerto autólogo (hueso del propio paciente) y el injerto artificial. Cuando se utiliza el injerto óseo autólogo, éste se suele almacenar en un congelador o bajo la piel abdominal del paciente. Existen muchos materiales diferentes para fabricar colgajos sintéticos de hueso del cráneo, como el titanio, el metacrilato de metilo, la hidroxiapatita, la politeretercetona (PEEK) y otros. La decisión sobre el tipo de material de injerto a utilizar se basará en las características de cada paciente.

Actualmente, para aumentar un mejor resultado cosmético, los injertos óseos se realizan por ordenador para fabricar el injerto con la forma y el tamaño exactos. Estos colgajos de hueso craneal personalizados sólo se utilizan con injertos artificiales.

Durante la craneoplastia, el cirujano corta cuidadosamente la piel del cuero cabelludo y la separa suavemente protegiendo la duramadre, que cubre el cerebro. Los bordes del defecto craneal se limpian y preparan para que el injerto óseo se pueda colocar apropiadamente en el defecto. A continuación, el injerto óseo se fija a los huesos del cráneo con tornillos, placas o ambos (Figura 1). Con el hueso o el implante en su lugar, el cuero cabelludo se vuelve a colocar en su posición normal y se cierra la incisión.

La mayoría de los pacientes de craneoplastia pasan dos días en el hospital después de la cirugía. Si el lugar de la cirugía se ve bien, se le dará el alta y podrá irse a casa.

Aunque la craneoplastia es un procedimiento neuroquirúrgico frecuente, pueden ocurrir algunas complicaciones. Estas complicaciones incluyen infección, hemorragia, resorción ósea (injerto autólogo), craneoplastia hundida y otras.